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Condenan a una pareja coruñesa por vender droga en un centro de personas disminuidas en Lugo

Condenan a una pareja coruñesa por vender droga en un centro de personas disminuidas en Lugo

Viajaban desde la ciudad para traficar con hachís con internos con diversas discapacidades

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La policía de Lugo los cogió por sorpresa después de venderle a un interno seis porros y dos bellotas de hachís. Los procesaron por tráfico y esta semana ocuparon el banquillo de los acusados. La Fiscalía pedía para ambos una pena de 4 años de prisión, así como una multa de 800 euros. El abogado de los procesados, el penalista Diego Reboredo, alcanzó un acuerdo con la acusación, que terminó estimando la atenuante de drogadicción y dejando la pena en dos años de cárcel. La chica, que no tenía antecedentes penales, no ingresará en prisión porque la pena es inferior a los 2 años. Su pareja, que sí tiene delitos a su espalda, tampoco entrará en prisión. A cambio, debe someterse a una cura de desintoxicación y no cometer hecho ilícito alguno en los próximos 24 meses. De hacerlo o si abandona el tratamiento, será llevado a un centro penitenciario a cumplir los dos años.

Los hechos por los que fueron juzgados se remontan al 26 de junio del 2016, que fue el día en que los detuvieron. Según cuenta la sentencia, la pareja acudió desde A Coruña al centro de atención para personas con discapacidad de Bóveda, en Lugo. Se trata de un lugar en el que se encuentran pacientes en tratamiento de deshabituación, disminuidos psíquicos y enfermos de gran vulnerabilidad. Una vez en las instalaciones del centro, los procesados fueron vistos por la policía cuando le vendían a uno de los allí internados seis porros y dos bellotas. Tras el análisis realizado en el laboratorio policial, la sustancia tenía un peso de 27 gramos. En el mercado negro, el valor de la droga alcanzaría los 171 euros.

En su día, la policía estaba convencida de que no era la primera vez que los procesados acudían al centro de discapacitados de Bóveda, que solían hacerlo de forma habitual, siempre viajando desde A Coruña. Pero no se lograron reunir las pruebas. Solo pudieron ser llevados ante el juez por la droga que se les incautó el día de su arresto, cuando los sorprendieron vendiendo a uno de los internos.

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